Este es el reto. Bueno, quizá lo escriba mal. Me refiero a «tecnología transparente», a tecnología que no genera respeto… y rechazo. Estoy trabajando en estos momentos para analizar cómo se ha participa dentro de una organización en un proyecto concreto. Cuando digo «participar» lo remito no a líneas genéricas sino a algo bien definido. Estamos recogiendo información sobre cómo perciben las personas que ha sido su participación en el proyecto, sea activa o pasiva, que diría Tochismochis.
Las respuestas me descorazonan lo suyo, aunque reconozco que también son energía para continuar en la brecha tratando de cambiar las cosas. La valoración que estoy recogiendo respecto a los canales tecnológicos es para echarse a llorar. «Lo importante es el cara a cara», «tenemos que reunirnos», «la intranet es muy fría»… se repiten por doquier.
¿Qué hemos hecho mal para que la ciudadanía de a pie se posicione de esa forma? Porque el problema no es tanto que no hayamos «enganchado» a la gente en nuestro quehacer digital cotidiano. No, ese no es el problema. El problema es si hemos generado un campo quemado en el cual el segundo intento cuesta mucho más que el primero. Las actitudes negativas campan a sus anchas y generan un ruido que hace muy difícil trasladar el mensaje de que ahora va a ser diferente. Ahora va a ser… el mismo perro con distinto collar.
Si queremos participación real a través de las tecnologías tenemos que tender puentes al ejército de descreíd@s que habita las empresas. Pero sigo viendo, y ahora con datos, estos cuatro problemas. Y ya es un punto para avanzar, si conocemos el punto de partida.
- La gente no se fía: digital = menos fiable. Y no sólo por los problemas de conectividad (supongo que van a menos) sino en lo que respecta a que «me lo sigues vendiendo como si fuera la panacea contra todos los males del planeta» (suitetwo, por ejemplo).
- La gente de sistemas asume que necesita defenderse de la parte «potencialmente peligrosa» del bando de los usuarios. Esto provoca que la parte «potencialmente amistosa» se sienta defraudada.
- La gente prefiere la conversación analógica, «como es lógico». La tecnología está a años luz de provocar sentimientos tan intensos como el cara a cara. Y en el cara a cara, «me siento con más control».
- Los equipos directivos están perdidos en su gran mayoría. Han sido agredidos por ERPs y otras bandas de mafiosos. Y como son los que cortan el bacalao, ya puedes ir buscando «early adopters», pero lo vas a llevar crudo para implantar.
Por estas cuatro razones (y con más tiempo podemos buscar mucho más), tenemos que destecnologizar nuestras empresas. Y ya lo dijo Nicholas Carr. Yo sólo repienso lo que otros han pensado.
Y ofrezco el clásico ejemplo de avance tecnológico. Destecnologízate.
6 comentarios
Lo comentaba Jose Luis Orihuela en su ponencia en Blogs España
«Toda verdad pasa por tres etapas: Al principio, es ridiculizada. Luego, recibe una violenta oposición. Y finalmente, es aceptada como auto-evidente».
Arthur Schopenhauer
Si consideramos la digitalización una verdad, que no sé si es mucho considerar, no sé si se esta en el paso la risa o del rechazo.
Hola Lula; me ha parecido genial la frase. Yo creo que estamos, en los sitios que yo conozco en la primera etapa; la de la ridiculización. Lo tecnológico se ve como snob.
Hombre, cosillas se van consiguiendo. El ogro Microsoft consiguió (hay que reconocerlo) que el uso del PC fuera normalizado: menús similares, ventanas similares, opciones similares. Al menos algo hemos avanzado.
Bajo mi punto de vista, el problema en la adopción de tecnología siempre es el mismo: seguimos pensando en tecnología, no en personas.
Poca gente llega diciendo ¿qué necesita Vd. ? y después, ¿ se adapta mi solución a sus problemas ? sino que llegan como un elefante en una cacharerría y te adaptas o mueres… Y los pobres usuarios se sublevan. Normal.
¿ Por qué descuidar a aquellos que van a determinar el éxito de tu proyecto ? Kathy Sierra lo pone muy clarito: hay que crear usuarios apasionados.
Aunque parezca raro, a mí cada vez me aburre más la tecnología por la tecnología.
Hoy he asistido a una presentación de un proyecto por un consultor. La presentación era totalmente infumable, porque estaba llena de tecnicismos (de cada 5 palabras, 3 las decían en inglés), y yo mirando el reloj porque tenía muchísimas cosas que hacer.
De repente me preguntan en uno de estos palabrejos si sabía lo que era, y naturalmente les dije que no, pero que no me interesaba en absoluto, porque lo que realmente no entendía era qué me iba a aportar el proyecto si lo realizaba.
A estas horas aún sigo sin entenderlo.
Y eso que yo soy la de Tecnología, pero entiendo perfectamente a mis colegas usuarios, que son a los que tenemos que escuchar.
A lo mejor el secreto es ese: escuchar a nuestros usuarios, que son nuestros clientes.
[…] capaces de hacerse con la tecnología a pesar de poder permitirse adquirir un equipo. Muchas veces, la tecnología no está pensada para facilitar la vida a las personas. La usabilidad mejora para usuarios experimentados, pero hay un 40% de la población con un bajo […]
[…] capaces de hacerse con la tecnología a pesar de poder permitirse adquirir un equipo. Muchas veces, la tecnología no está pensada para facilitar la vida a las personas. La usabilidad mejora para usuarios experimentados, pero hay un 40% de la población con un bajo […]