Me ha encantado la reflexión de Antonio Lafuente en Conocimiento por la experiencia y autoridad de pago. En él escribe lo que expuso en las recientes jornadas BlogAUT. Me parece un brillante repaso -bien condensado- de cuestiones clave de la producción científica actual y su relación con el mundo real (permitidme esta licencia de distinguir esos dos aspectos).
Antonio distingue entre el saber «profano» que procede de los «expertos en experiencia» y el del saber científicamente institucionalizado. Relaciona esto con la autoridad, en tanto que ésta proviene en gran parte de los mecanismos de divulgación y filtrado que utiliza la ciencia. Además, incorpora otra variable de nuestros tiempos: la hibridación (concepto que maneja mucho Alfons Cornella, por cierto, para hablar de innovación) como resultado del desbordamiento de las cajas clásicas del saber.
A mí me interesa el concepto de «saber profano» porque, en tanto que lo valoremos, se convertirá en la puerta a través de la cual aportemos la comunidad. Cuando abrimos nuestra experiencia al resto (blogs, por ejemplo) estamos haciendo comunal nuestro saber profano. Esta entiendo que es la raíz de por qué tenemos que participar en proyectos como la wikipedia.
No hay nada que pruebe que las cosas de pago tengan más calidad que las gratuitas, y mucho menos que las basadas en la economía del don, como lo demuestra el desarrollo del software libre y la wikipedia. En términos generales, los contenidos difundidos por los blogs son libres -en el doble sentido de free beer (gratis) y de free speech (independientes)- y hay una multitud de blogueros que dedican mucho tiempo a documentar sus opiniones y, en consecuencia, a validar unas fuentes frente a otras.
Despreciar este tipo de conocimiento, este saber profano, por una cuestión de clasismo científico es un craso error. Necesitamos aportar a la comunidad desde nuestro saber, porque puede ser útil para otras personas. Simplemente.
En mi caminar por la blogosfera, creo que hoy paso una puerta gracias a Antonio. Ahora entiendo mejor que lo que intuitivamente definí como consultor artesano es una práctica compartida de mi saber profano. Por eso mi única entrada en la wikipedia es Urioste, el barrio en el que viví y del que retengo experiencias. Pero sé que más adelante escribiré más cosas. Porque se le debo a la comunidad.
3 comentarios
Gracias Julen. Llevo varios años dedicando mucho tiempo a explorar la importancia del saber profano y su relación con el otro, al que unas veces llamamos erudito y otras académico, institucionalizado, experimental o científico. Hay muchas formas de nombrar el conocimiento validado por instituciones ad hoc.
tecnocidanos nació para combatir en el lado de los perdedores (hasta ahora) en las llamadas guerras de la ciencia. Es decir, para dar relevancia al conocimiento basado en la experiencia o, en otros términos, para ponerlo en valor y mostrar el error y la injusticia que se cometen cuando se desdeña el saber que acumula la gente en todo lo que tiene que ver con la gestión de lo local, lo corporal y lo medioambiental. Para mi ha sido muy revelador estudiar la movilización de los enfermos del SIDA.
Gracias otra vez. Tus palabras me ayudan a continuar.
Antonio, pues ya somos dos en tratar de aportar, humildemente, nuestro saber profano. Y lo que comentas del SIDA, seguro que es de esos ejemplos donde uno acaba aprendiendo que es necesaria la contribución de todas las partes, sin críticas a priori, para acumular el suficiente conocimiento que conduzca a erradicar la enfermedad.
Pues eso. Y me dan ganas decir aquéllo que escribió Mario Beneditti del «juntos, codo con codo, somos mucho más que dos»