Acabo de leer una entrada de Adolfo a partir de la jornada de trabajo de ayer jueves 19 de octubre en Blogs. La conversación. ¿De qué escribe Adolfo? De si hay o no conversaciones en las blogosferas. Y parece que, como tantas otras veces, se cierne un cierto pesimismo: los blogs son más monólogo compartido que otra cosa, como indica Trini en uno de los comentarios al post de Adolfo. Como yo también le he dejado un comentario a Adolfo (he «conversado» con él), escribo este post para que nos demos cuenta de que seguimos conversando, cada uno desde nuestro blog.
La idea de conversación no tiene por qué estar circunscrita a la secuencia «post-comentarios». Todos sabemos que los comentarios en un post están relegados por el sistema. Quien parió tecnológicamente el blog lo hizo para que el post fuera el rey y los comentarios sus vasallos. La conversación generada a partir de la entrada original queda enterrada en el subsuelo, con unas cuantas capas de cemento encima. Hasta aquí supongo que todos de acuerdo, ¿no?
Pero la «conversación» en lo digital maneja otros parámetros. El blog, con entradas y comentarios, comparte habitación única. Aunque hay ventanas, el ambiente viciado de tanto tabaco, de tantas obsesiones, está allí dentro. Son conversaciones limitadas por las cuatro paredes del blog. La habitación puede ser más o menos grande, puede acoger a gente más o menos ruidosa. Pero es un habitación. Y, sin embargo, lo digital trajo bajo el brazo una revolución simple y efectiva: el hiperenlace.
Cuando en este post enlazo la entrada de Adolfo o la reflexión de Alorza sobre las blogosferas, ya estoy conversando con ellos. La tecnología en forma de navegadores inteligentes que te avisan de que allá lejos hay alguien hablando contigo lo hace posible. La conversación no puede estar remitida a una habitación con vistas, sino que se genera en múltiples habitaciones, cada una con su estilo, con sus neuras y con sus múltiples vistas. El hiperenlace modifica de raíz la conversación «entrada-comentarios».
Todos sabemos que la agilidad de una conversación tiene que ver con su forma oral. Cuando escribes, la conversación cambia de registro y se hace más lenta, pero también más reflexiva. Escribir es una competencia diferente a la de hablar. Conversar en lo digital es una competencia diferente a la de conversar en analógico, que es un continuo rápido de argumentos y contrargumentos. El modelo es diferente. Olvídate de representar la conversación bajo un prisma estrecho de formato convencional. Enlazarnos es conversar.
¿Qué ocurre cuando un blog acoge en su seno muchos suscriptores?, ¿qué ocurre cuando son activos? Que la conversación en formato tradicional es imposible, aunque haya muy loables intentos. Nadie puede conversar con 500 personas activas. Es un diálogo imposible. Las conversaciones tradicionales requieren un espacio más o menos íntimo. Para que tengan sentido, desde este punto de vista, requieren pocas personas. En cambio lo digital dispara la audiencia. ¿He dicho «audiencia»? Pues eso, si somos muchos, es difícil gestionar la audiencia. Porque Dunbar sigue siendo inexorable, me temo. Tenemos una capacidad limitada para tratar con otros humanos. Al menos si quieres tratarlos como personas y conversar con ellos, sabiendo cómo se llaman.
La autoflagelación por el carácter asimétrico del blog no tiene sentido. El diálogo en las blogosferas se mueve por un cauce diferente al tradicional, el que le proporciona la tecnología de hiperenlace.
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10 comentarios
100% de acuerdo. ¿Y sabes otra diferencia? ¿Te imaginas en un corrillo de 4 ó 5 personas charlando (conversando) y que de repente apareciera gente extraña, que no has visto en tu vida, y entrara y saliera de la conversación dando sus opiniones? Un poco surrealista, ¿no?
Pues en este medio esto se hace con naturalidad y de hecho es lo que a todos nos gusta, que entren en nuestro blog cada vez más gente y que participen en las conversaciones.
Me parece algo grande. He empezado apenas unas semanas, me he metido en medio de conversaciones tuyas, con Andrés, Enrique o Raúl y, aunque no me conocéis ni me hábíais «escuchado» -leído- antes, no parece que os haya molestado…. ¿o sí?
Saludos,
Antonio.
Blogobrother,
Brillante. Hoy has estado brillante.
Conversando como lo hacemos, te dejo un trackback manual.
Buen finde, maestro.
Este post lo voy a imprimir, porque no es un post es una clase magistral.
Julen, pero si comparas los blogs con habitaciones, a mi se me viene a la cabeza la imagen de un montón de vecinos/as gritándose por las ventanas de sus casas, cada uno/a hablando de sus cosas y de vez en cuando, resulta que las voces de dos se cruzan, y forman un breve diálogo. Pero por lo demás, cada uno va a su bola.
Lo que más me sorprende de los blogs es que la conversación (aunque sea la conversación mediate enlaces) sea la metáfora preferida que se usa para señalar lo singular de los blogs, ¿es realmente la conversción lo más singular? No sé, no sé
adolfo ¿se transmite información? ¿se crean lazos sociales? ¿el control de la comunicación nace de un sólo sitio?.
Personalmente no tengo ninguna duda..es conversación. Y ésta es lo mejor que tiene la blogosfera.
Julen ante la imposibilidad de encontrar el objeto invisible para enmarcarlo… le he dado un meneito a este post. Espero que te guste el marco.
Antonio, no dudes que de los blogs puedes sacar estupendas conversaciones. Yo de hecho hay algunas que las utilizo en mis clases de postgrado.
Tochimochis, menos mal que tenemos los blogs para conversar y reconversar y volver a reconversar, ¿verdad? Y menos mal que todavía estamos buscando Eldorado.
Telémaco, quizá debiéramos algún día hablar de la forma en que los blogs generan lazos sociales «diferentes», pero fuertes. Lo voy a abrir en modo borrador para darle un pensado algún día de estos. Ah… gracias por meneármelo 😉
Adolfo, para mí se trata de algo esencial en los blogs si lo referencias a «otro tipo de conversación» que no la de post y comentarios. Lo que quiero decir es que los blogs son en esencia conversación comprendida ésta como el intercambio de posts donde los hiperenlaces se convierten en la herramienta de escucha activa que todos queremos para los diálogos cara a cara.
En su día, comentó amalgamadeletras una de las características que más llama la atención para el que lleva algún tiempo metido en este mundo: gran cantidad de los artículos publicados en las bitácoras de la comunidad castellana no opinan, el redactor tampoco reflexiona y sus textos no están preparados para generar comentarios, son simplemente una reseña de lo que leen en otros blogs.
La blogosfera, tras ese impresionante aumento en el número de bitácoras que salen a la luz permanentemente, necesita una pausa para estudiar qué es lo que están haciendo y se observa una tendencia hacia el
* el ‘corta-pega’ es una práctica común en los artículos; sin más que esa acción, los artículos carecen de valor añadido: contenido y elaboración propia. Esto provoca que un tema aparezca en cientos de artículos y el internauta tiene una enorme dificultad para encontrar alguno que vaya más allá de la reseña y que le sirva para profundizar o investigar en el tema tratado.
* sin contenido o análisis adicional, ofreciendo sólo una reseña, el blog se convierte en una recopilación de enlaces más o menos originales, divertidos, geek o friki.
* muchos bloggers prefieren consultar bitácoras para conocer de qué se habla y, cada vez con menos frecuencia, realizan algún comentarios en las fuentes consultadas. Por tanto, los comentarios languidecen… mientras pierden las bitácoras su función de interactividad y medio para comentar, polemizar, etc.
* consecuencia de lo anterior es que cientos de bitácoras hablan del mismo tema, con pocos días de diferencia; esto genera la recurrencia de los temas tratados: existe una sobreoferta de bitácoras que se asemejan a un ejército de clones y, aunque tenga cientos o miles de miembros, los temas en los que se fijan la blogosfera son escasos.
* el éxito de una bitácora se mide por sus estadísticas, lectura de feeds, el trackback, el posicionamiento en Technorati, etc… Estos rudimentarios métodos de evaluación, que también son suceptibles de una sencilla manipulación, siguen existiendo porque carece la blogosfera de verdaderas herramientas que cuantifiquen o clasifiquen la calidad de los blogs.
* la constante lucha por publicar cada día el número mayor de artículos y atraer lectores, lleva a muchos blogs a listar en un mismo artículos varios enlaces a resúmenes de artículos publicados hace años, blogs por los que ha pasado, libros que recibe o simplemente enlaces, sin más añadidos, desnudos sin más ropa que la línea azul o el color que diferencia el enlace…
* algo parecido ocurre con los comentarios de los lectores que, por dejar un enlace a su bitácora, son capaces de publicar profundas ideas como me gusta, estoy de acuerdo, muy bueno, tienes razón…
La lucha por la audiencia provoca que miles de bitácoras se apunten a ‘Blogs: la no-conversación’.
sopa de letras, oscuro panorama nos planteas. Está bien verle el lado cutre a todo esto, pero también es evidente que detrás de la cantidad está la calidad. Lo que quizá sí que mosquea es la repetición sin valor añadido de un determinado tema (por ejemplo, la famosa compra de Youtube). Pero así se llenan las páginas de los periódicos también. Lo que hay que aprender es a separa el grano de la paja… y cuanto antes y con los mejores medios posibles. Es demasiada la bazofia que generamos entre tod@s. Tenemos que crear un servicio de recogida de residuos blóguicos o algo así.
Ah… para que luego digan que no hay conversación, ¡menudo comentario te has casacado! Yo, agradecido.
Un saludo.
[…] que te lean, leer a otros, conocer sus opiniones aún antes de conocerlos en persona. Entablar conversaciones, íntimas o públicas. Pero no es lo único, ni mucho menos. Y es curioso cómo se llega a ese […]
[…] y aprendo de mi blogobrother. Como dice Raúl, mejor dejar hablar los maestros, porque uno nunca llegará a expresarlo de una […]