Cambiar de hábitos

Este miércoles tenemos una reunión importante. Es con un cliente digitalmente difícil. Vamos a repasar con el proveedor los detalles acerca de la migración de contenidos digitales desde un puro SO Windows foreveranever a un portal documental sgluuupss, el conocido como SharePoint en esta parte del Mississipi vasco. Antes abrías carpetas y ahora navegas. Datís de cuestion. Ya sé que no es del todo dos punto cero pero menos da una piedra.

¿Cómo migrar de una cultura a otra? Podríamos hacerlo en cayuco -perdón por la ligereza- pero puede haber ocasiones en que el drama y la miseria es evidente. Las máquinas prometieron ante servidores todopoderosos que no darían guerra. Se portarían como buenas hermanas de la caridad y dejarían que ficheros, carpetas y enlaces se abrieran como las puertas del cielo para los pecadores. La tecnología, claro, que casi nunca cumple su palabra, la muy ladina.

Me da a mí la impresión, vamos, digo yo, que los hábitos son como el loctite. Se te pegan de una manera que ni los chicles a las suelas de goma de tus zapatos. Miro a mis superusuarios y no los veo muy convencidos. Es un poco de ficción, pero mejor me prevengo porque la realidad es demasiadas veces peor que lo peor imaginado. Y me animo porque acabo de leer un artículo de Enrique Dans (Tecnología y empresa: una cuestión de actitudes) que me ha gustado mucho. Habla de personas y otras lindezas aledañas a las tecnologías: los directivos y los tecnólogos de los sistemas de información.

Sigo pensando que el gran cambio no lo hemos dado. El boli es el boli, la agenda es la agenda, la pizarra es la pizarra. Y en el otro lado el Marca es el Marca, el Kit Kat es el Kit Kat; todo ello mundo no digital. Y el fútbol es así. Y es la realidad. Y está presente por doquier. Y lleva más tiempo viviendo entre nosotros que todas las memorias USB juntas. Y las empresas son conservadoras. Y con este panorama, la reunión de este miércoles me parece interesante.

Los superusuarios nos reunimos para ver cómo nos sentimos con el sharepoint bendito. Bien, gracias. No insulta, no se come la papilla del niño y no agrede a la becaria del fondo. Da muestras a veces de una estupidez muy del estilo dis is america, simpleza sobre todo. Por lo demás, sus nuevos palabros nos abruman un poco. Al pan pan y al vino vino. Pues no exactamente, «listas» y otra nomenclatura extraña surca los mares de la información microsoftera.

El jueves será otro día. Contaré impresiones de la reunión del miércoles. Por cierto, el artículo de Mr. Dans lo tengo en PDF y me lo he bajado del servico de pago de Capital Humano. Me da un algo delinquir públicamente y colocarlo aquí, pero si alguien lo quiere, me lo pide y se lo paso a cambio de una sonrisa. Venga, sonríe y pide, que relaja músculos.

Que duermas bien.

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