Movimientos: bicis y coches

Estoy realmente sorprendido por la cantidad de bicicletas que se ven en cualquier pueblo o ciudad de Alemania. Son un evidente medio de transporte, alternativo al vehículo a motor, que ha invadido amistosamente calles y plazas. Las zonas peatonales son compartidas por quienes caminan y por quienes pedalean. Los coches han perdido la batalla y ceden el paso, por ley, a peatones y ciclistas.

En cambio, la autopista alemana es otra dimensión. El carril de la izquierda es masacrado por coches que se desplazan a velocidades de vértigo. La recomendación de 130 km/h es para quienes no saben conducir, mujeres o gente mayor, ya se sabe. Quienes demuestran pericia conduciendo colocan su BMW o su Mercedes en ese carril de la izquierda y aprietan el acelerador hasta que se sienten dueños de la situación. No creo que exagere si digo que sólo lo logran cuando han pasado con creces de los 150 km/h.

Tranquilidad y lentitud en las calles peatonales del centro de las ciudades. Velocidad y agresividad en ese carril de la izquierda de las omnipresentes autopistas alemanas. Tú eliges. Quizá seas el mismo, ése que acelera hasta donde puede y ése que coge la bici y se desplaza tranquilamente por tu ciudad. Así debemos ser de contradictorios.

Me gusta lo de las bicis porque ya es cultura. Te das cuenta cuando ves al señor de 65 años moviendo lentamente los pedales, a la señora con su gabardina bien calada que vuelve con las compras, o a la familia que peregrina toda junta en un montón de bicis de diferentes tamaños según edades de la prole. Francia, Bélgica, Holanda y Alemania me han parecido estupendos ejemplos. Nosotros todavía estamos muy muy lejos. La bicicleta para nosotros es más deporte que medio de transporte. Habrá que esperar a tiempos mejores.

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