St Alban-sur-Limagnole, 19/07/06

by Julen

Ayer cené en un italiano en Le Puy para enchufarme pasta, la comida por excelencia del ciclista. Localicé un restaurante cerca del hotel —otro impersonal a mayor gloria del peregrino industrial— en la parte mustia de la ciudad. Ya sé que tiene sus detractores, pero me gustan los restaurantes más bien solitarios. Esos en los que cuando entras miran al futuro comensal con cierta cara de asombro, como si fuera una rara excepción que no fuera con ellos.

El de ayer lucia un cartel inmenso en la fachada: Pizzas. Además, un neón look las vegas con el prototípico «open». Vente a Francia para esto. El servicio fue un poco surrealista. Me atendía una camarera del hemisferio sur americano, que de vez en cuando conversaba con otra en un francés-español-italiano de lo más gracioso. Como fui el único que ceno allí anoche me enchufaron unos rigatoni a la gorgonzola que habrían servido como ración para una mesa de cuatro.

Hablando de las cosas de la ruta, hoy la etapa ha sido algo más dura. Más desnivel, con tres subidas largas y toda la segunda mitad con un correoso viento de frente. Y hay que ver cómo jode el viento. Los pedales parece que se enganchan a algún mecanismo que los haga girar con más lentitud. A la misma fuerza, menos movimiento que de costumbre.

Ya estamos de lleno en el mundo del turista peregrino. Hasta Le Puy los podía contar con los dedos de las dos manos, pero hoy ya se ven en buenas cantidades. En Saugues he recordado mi primer final de etapa de mi intento anterior. He repuesto fuerzas mientras contemplaba a unos cuantos peregrinos que revoloteaban por el pueblo. Aquí también lo de los peregrinos no deja de ser una actividad económica que genera ingresos y, quien más quien menos, anda a la caza de alguno para darle una habitación, ofrecerle una comida o cualquier cosa que sea negocio.

Desde Saugues el camino sigue subiendo para llegar a los 1.300 metros. La altitud al menos aliviaba algo el calor, aunque el viento en contra lo afeaba bastante. Al final, he recorrido unos cuantos kilómetros por el camino-camino, bajando hacia St Alban-sur-Limagnoles. Lo recordaba como un descenso entretenido, con algunos pasos técnicos que siempre entretienen y, efectivamente, así ha sido. Una gozada.

En este pueblo me hospedo en el hotel sin nombre. Ya husmearé más para saber cómo se llama. Siguiendo con originalidades, el que parece dueño del hotel es brasileño e insiste en hablarme en un idioma del que no entiendo la mitad. Lo hace como deferencia, pero no hay manera. El hotel tiene su buen punto cutre, pero suficiente para un pueblecito como este.

Bueno, lo dejo por ahora. Ah, y conste que hoy me he podido enchufar a Internet en la librería del pueblo. Libros e Internet, ya lo veía mi amigo Txetxu desde hace tiempo, ¿verdad?

Distancia de la etapa: 78 Km

He subido unas cuantas fotos a Flickr.

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2 comentarios

Txetxu Barandiarán 19/07/2006 - 20:57

Sí señor, sí señor. Libros e internet, espacios de convivialidad en las librerías. ¡qué mejor sitio!. Allez, allez julendurain

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loretahur 20/07/2006 - 22:04

Julen, la foto de los girasoles es preciosa!! Veo que el viaje está siendo muy enriquecedor. En el próximo BBB quiero todos los detalles, con tildes incluidas 😉

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