Thomas Friedman ha conseguido un enorme éxito de ventas con su libro «La tierra es plana«. Laurence Prusak publica en Harvard Business Review un artículo titulado la «La tierra es redonda» (acceso de pago en e-Deusto, ajjj). ¿Dónde está el quid de la cuestión? Pues en la sempiterna distinción entre información y conocimiento.
Así, Prusak nos dice que la tierra es informacionalmente plana pero bien redonda desde el punto de vista del conocimiento.
El conocimiento es el resultado de la asimilación y de conectar la información a través de la experiencia, por general mediante el aprendizaje o la tutoría.
Y claro, desde esta perspectiva critica el planteamiento de Friedman. Eso sí, ¿dónde están dibujadas las fronteras entre información y conocimento? Pues cada vez lo tengo menos claro. Además, creo que son fronteras móviles… en caso de existir. La tecnología, en pura ortodoxia, es difícil que transforme información en conocimiento, porque somos los humanos los que lo generamos. Pero, desde luego, que la ayuda que viene de ese campo es cada vez más incuestionable. Eso sí, sigamos sin confundir los conceptos. No obstante, Kathy Sierra ya nos está haciendo planteamientos para invertir la secuencia que conduce del dato a la sabiduría en ese estupendo blog que es Creating Passionate Users. Pero Prusak insiste:
[…] ninguna cantidad de tecnologías de información puede -al menos por el momento- solucionar el problema de cómo se puede acelerar la adquisición de conocimiento. Se precisa más o menos la misma cantidad de tiempo hoy día para aprender francés, cálculo o química que hace 200 años. El conocimiento requiere tiempo y es caro de desarrollar, retener y transferir, y esto es tan cierto para las organizaciones y países como para los individuos.
Y para terminar, un argumento que suelo utilizar en muchas de mis exposiciones y que Prusak también utiliza:
La mayoría de las personas de todo el mundo siguen estando fuera del bucle de la conocimiento y de la red de información. Que haya 1.000 millones de personas en Internet significa que hay 5.000 millones de personas que no tienen acceso a ella. Incorporar a esas personas al debate global es esencial para lograr una verdadera democratización del conocimiento.
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1 comentario
Para un arquitecto que construye una casa la tierra es plana, para astronauta que regresa de la Estación Internacional la tierra es redonda. Depende pues del contexto de cada uno, y de la idoneidad de su planteamiento a la acción que se proponen hacer.
Las fronteras de la información, el conocimiento y la sabiduria parecen permeables, como comentas, mas para mi existe esa especie de gradiente de profundización, de interiorización de la experiencia de aprendizaje … o por lo menos eso me inspiran estas palabras cuando observo lo que pasa dentro de mi.
El conocimiento y la sabiduria es algo muy humano, cierto.