Un puesto clave: la cajera

by Julen


Hace ya cierto tiempo que dije que iba a escribir sobre puestos clave de una organización: hablé de la persona de recepción (habitualmente mujer) y luego de la secretaria y hoy le toca el turno a otro puesto por el que decides si vuelves o no a determinado supermercado. Claro, hablo de la cajera, también en femenino. Mujeres en puestos clave poco o nada reconocidos. Tres eran tres las hijas de Elena: recepcionista, secretaria y cajera.

Alguien le habrá dicho a la cajera que su objetivo es que esté contigo el mínimo tiempo posible. Curiosa contradicción la de este «momento de la verdad», que diría Jan Carlzon (Mr. Customer Service en persona): cuanto más breve mejor. En fin, lo leeremos en positivo y diremos eso de que lo bueno si breve dos veces bueno. La cajera es esa persona que trabaja con el objetivo de que su empresa te cobre lo que has metido en el carro o en la cesta. Sí, ella esta allí para que luego puedas comprobar que la pasta que te han cobrado es la que debían cobrarte. Y no finjas que no repasas la cuenta.

Tengo comprobado que reciben diferentes instrucciones. Unas han recibido la orden del general de turno para que te metan las cosas en bolsas, otras para que te sonrían, otras para que luzcan mechas rubias, otras para que te digan hola y saludos similares con sonrisa plastificada, otras para que te miren a la cara, otras… Eso sí, todo por uno de los salarios más chungos del panorama empresarial de la distribución mundial. El momento de la verdad y su influencia en la fidelización de los clientes es para los libros. Chaval, aquí en la cola lo importante es hacerte desfilar rapidito, a ver si te enteras.

La cajera tiene, para más recochineo, mala fama. Que si se pasa la lima por las uñas, que si usa pintalabios rojo bombero, que si cotillea todo lo que puede y más, que si holgazanea en cuanto las cámaras del circuito cerrado de televisión se estropean… Huuuyyy, hay que ver lo mala que es esta gente. Claro que toda esta mala fama me temo que arrastra el lastre de su relación con empleo femenino. Si por lo menos estuvieran buenas, pero con esas mechas… Si es que van hechas un cromo. El jefe de personal, que al pobre se le va la olla. Si es que no hay derecho, que lo echen, hombre.

Hubo una cajera que cayó en la cuenta de que su objetivo era fagocitarse. Inteligencia natural que tenía, fue capaz de descubrir el objetivo real de los programas de mejora continua. La calidad total a la que se dirigían era mejorar el tiempo medio de paso por caja de cada cliente o, en la jerga, un servicio excelente. Había que conseguir que el cliente perdiera el menor tiempo posible en esta estúpida relación con la cajera. De donde dedujo que el objetivo de su empresa era quitar cajas. De conde dedujo que el objetivo de su empresa era quitar cajeras. De donde dedujo que mejor guardaba una cierta distancia con los objetivos de mejora continua de su empresa, no vaya a ser que un exceso de celo la condujera al suicidio laboral.

A mí, personalmente hablando, me caen bien las cajeras. Hay veces que no entiendo la manía de las mechas rubias, pero en general me parece un trabajo muy duro, de claro impacto en fidelización de cliente y absolutamente mal pagado (en lo que yo conozco, al menos). Tengo que reconocer que la eficiencia en el cobro y en la forma en que te ayudan a meter las cosas en bolsas es lo primero, pero no cuesta nada anticipar el futuro carácter jubileta (que ya nos llegará) y cruzar dos palabras amables con la chica de la caja. Es gratis y hace fluir mejor la sangre, además de prevenir enfermedades coronarias. Digo lo de sonreír y hablar con relajación.

De entre las alternativas de cajeras, prefiero las de supermercado antes que las de hipermercado. Me parece que la fila de 50 cajas complica la relación. Además tu fila, por aplicación universal de alguna oscura ley de Murphy, siempre va a ir más lenta y vas a llegar más cabreado a la caja. Como hay más donde comparar, vas a salir mal parado. De cien, cien. Y así no llegas en buenas condiciones a dar palique a la cajera, porque la has colocado en el pelotón de los culpables. Lo menos cadena perpetua, tan ofuscado llegas. Y si has sufrido a algún jubileta antes que tú, al pelotón de fusilamiento.

En fin, como desvariar es gratis, termino por hacer una predicción para el maravilloso mundo de la cajera. Desaparecerá. Pasaremos con el puto carro por un superescáner y allá nos leerán hasta la etiqueta del gayumbo marca ACME que compramos la última vez. Y sírvase usted caballero. Visa de por medio, entre la libertad y tú sólo queda que introduzcas la tarjeta en la ranura (dejarán este contacto como versión light del momento de la verdad) y tus datos pasen a ser analizados por funky business world. Mientras sales por el pasillo, tus estadísticas están cantando a los cuatro cibervientos lo cutre que eres comprando la mortadela barata. Ya te vale. Antes lo sabía la cajera, ahora lo saben mejor que ella el arsenal de bases de datos que te diseccionan rodajita a rodajita. Adiós al momento de la verdad, bienvenido al Big Brother’s Enterteinment Show. Vas en pelotas.

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13 comentarios

Mentxu 12/06/2006 - 21:05

La verdad es que no he visto ningún cajero en la red de Consum ni en Sabeco en mi barrio. Algo muy habitual en otros hiper/super (perdón pero no sé la diferencia) en Konstanz, Essex o Londres (todos extranjeros, of course).

Las cajeras de Consum que son «cooperativistas» se diferencian de las asalariadas en los «valores» de esfuerzo y trabajo cooperativo. Y te ayudan y todo a meter la comida en las bolsas para agilizar el proceso. Las demás, no, suelen estar «quemadas» por lo que sea. En Europa por defecto te suelen ayudar a meter las compras en bolsas y con frecuencia te cobran las bolsas (sostenibilidad). Así que la gente se lleva unas cestas de mimbre muy monas.

Julen, gracias por tu sensibilidad femenina de los últimos posts!!! Creo que un artesano como vos y una aprendiz de tejedora como yo podemos aportar algunos granitos de arena para ir cambiando mentalidades (sobre todo de las propias mujeres que no se creen lo que valen!!! y siguen pensando que tienen que estar detrás, y no al lado, de sus parejas, compañeros de trabajo o jefes)

Seguro que las santas de tu vida (abuela, madre, mujer…) son EXCEPCIONALES!!! A ver si se animan a venir al Taller de Aprendices de Julio 😉

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Anonymous 12/06/2006 - 21:28

Hasta hace un tiempo en los aviones sólo habia auxiliares de cabina femeninos. Actualmente hay de los dos sexos y en aumento el cupo masculino. Pero claro, el sueldo de una auxiliar de cabina no tiene nada que ver con el de una cajera de supermercado, verdad??

La Bailarina

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Telémaco 12/06/2006 - 21:40

Pues espero que te equivoques (en la predicción del final), aunque si tengo que apostar, yo también apuesto a que desaparecen.

Con los chips RFID creo que es exactamente lo que pretenden.

Pero espero que pase lo mismo que pasó con las gasolineras, que se hicieron todas de autoservicio y ahora parece que vuelven a poner personal a servir el combustible.

O lo que pasó con las «fábricas a oscuras» totalmente automáticas y sin que nadie tocara el producto, que al final llegan los japoneses y dicen que no hay que automatizar sino autonomatizar (automatizar con un toque humano).

La responsabilidad que implica ser el último de la empresa en tocar el producto antes de llegar al cliente es muy alta, y si encima se tiene contacto directo con el cliente más responsabilidad aún.

Efectivamente esto es totalmente contradictorio con la poca importancia que le dan las empresas a esos puestos de trabajo.

Lo de siempre, la visión a corto plazo de los gestores que provoca que nadie se preocupe en generar valor, que todos se dediquen a ahorrar.

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Mercurio 12/06/2006 - 21:51

Yo trabajo en un hospital privado y puedo asegurarte que el peor puesto para mi (el que mas complicaciones quiero decir) es el de cajero en la puerta de urgencias (nosotros si tenemos cajeras y cajeros)

En los supermercados a mi si me ayudan a meter la compra en las bolsas pero es que tengo un «problema genetico» (que soy hombre, vamos) que me dificulta en extremo depegar y abrir las bolsas, lo cual unido a la velocidad de las cajeras/os (suelo comprar en mercadona y alguna minoria masculina hay) en pasar por el escaner la compra hace que se me acumule al final de la linea de caja, y claro como para atender al siguiente se tienen que librar de mi pues no les queda mas remedio que ayudarme

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Fernando 13/06/2006 - 07:15

Por suerte, tengo una tienda de ultramarinos muy cerca de casa y puedo prescindir, en un porcentaje bajo, eso sí, de los hiper y super. Para los que nos ocupamos de la logística casera, es una bendición porque, la verdad, nunca me apetece lidiar con el cabreo (justificado) de la inmensa mayor parte de las cajeras. Pago con sumo gusto el evidente mayor precio de los productos, sobre todo cuando nos llamamos por el nombre y me preguntan por los ninios (algo impensable en un hiper hasta que no llegue lo del Minority Report).

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Tochismochis 13/06/2006 - 17:06

Como dice Telémaco, con RFID lo vamos a tener chungo. Seremos dimensiones de esas gigantescas bases de datos segmentadas por clientes. En el peor de los casos, incluso nuestro supermercado habitual sabrá que le fuimos infiel el fin de semana en Carrefour y que fuimos a jugar con los niños al centro comercial. Datos cruzados con nuestra tarjeta de crédito. El spam marketiniano va a ser brutal…

Es el precio que tenemos que pagar por evitar los robos en los grandes almacenes. Wal-Mart y Tesco ya exigen RFID a todos sus proveedores. RFID permite registrar hasta 200 etiquetas radiotransmisoras (chips RFID) por segundo y de forma automática. Adiós, cajera, adiós…

Bienvenidos seamos al marketing directo… Cagüentó.

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Germán 13/06/2006 - 23:17

A mi este tema de las cajeras me recuerda a l@s cobrador@s de los peajes de autopistas, habitualmente de ambos sexos. Los hay personas encantadoras, que justifican su trabajo solo por una sonrisa, y también todo lo contrario. Cuando pasa lo segundo es casi mejor pagar en la maquina.
Otra cuestión es pensar en los motivos por los que alguien decide ser o no ser amable con una fila de seres anónimos a las siete de la mañana.

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Pablo Jular 14/06/2006 - 22:36

Julen como siempre me sorprendes con tus reflexiones. Me sorprendes positivamente.

Hace poco sobre las cajeras. Tienes toda la razón, tienen un trabajo desagradable y un sueldo peor. ¿Qué responsabilidad tenemos todos nosotros en ello? ¿Qué podemos hacer? Creo que escribir es un paso, seguro que hay más ¿pero cuáles?

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Julen 15/06/2006 - 06:02

Mentxu, no estaría yo tan de acuerdo en lo de las cajeras «cooperativistas». Me temo que hay crisis de valores ahí también.
la bailarina, pues sí, me temo que los sueldos no son comparables.
Telémaco, Tochismochis, lo del RFID me parece que que va a «traspasar» nuestras vidas y nuestra identidad. Habrá que andarse con cuidado. Es un futuro delicado el que viene por esa línea.
Mercurio, la torpeza manual es algo que tradicionalmente también a mí me acompaña. Ya somos dos.
Fernando, la alternativa de tienda del barrio es una de las maneras modernas de resistir, ¿no? Tiene un precio, pero se paga con gusto, ¿verdad?
Pablo, es complicado lo de cambiar este asunto porque parece que el centro comercial es símbolo de avance del planeta consumo y allí viven las cajeras, subproducto del progreso, me temo. Hasta que alguien invente el sistema de prescindir de ellas, que llegará más pronto que tarde, me temo.

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Consultor Anónimo 23/06/2006 - 22:53

En algunos centros (¿Carrefour, creo?) ya tienen cajas en las que no hay cajera, tú mismo pasas los artículos por el lector de barras, metes tarjeta y listo. Luego ponen a alguien para revisar que todo está pagado… que no sé si al final es más rápido o más lento

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aercilur 05/07/2006 - 17:33

Por no decir la labor de psicologas que suelen hacer… Hay mucha gente que cuenta sus problemas a las cajeras…

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Anonymous 16/03/2008 - 12:21

voy a hablar bajo mi experiencia, ya q llevo 5 años como cajera.
a mi por supuesto no me interesa q llege el momento en el que desaparezcan las cajeras( logico pues perderia mi puesto de trabajo).aquella persona q ejerce de cajera debe de tener una paciencia de aupa,debe de cobrar, empaquetar la compra del cliente,fidelizarlo ya q es a la ultima persona q este ve antes de salir del super o hiper,y todo esto sin contar que en muchos de los supermercados a la cajera no solo le ordenan el cobro y todo lo que conlleva la atencion del cliente, si no q tambien le mandan otras operaciones como la reposicion de productos cercanos a caja,impresion de cambios de precios, recogida de cestas de compra,etc…
imaginen tener q realizar todo esto (si no kieres aguantar a tu superior), logrando finalizar todas las tareas y lo mas importante q el cliente quede satisfecho y se valla con un «buen sabor de boca».realmente a veces es dificil, ya q no debemos olvidar q l@s cajer@s no dejan de ser personas, y por tanto pueden sufrir bajones o entrar en estado de nerviosismo.
yo en estos 5 años de experiencia e aprendido q lo importante es disfrutar de tu trabajo y cuando alguien intente sacarte de tus casillas lo mejor es respirar hondo y no perder la compostura, por q os aseguro q tambien hay clientes q se las traen.
un saludo.
xony82

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Ciobanu Cristiana Andreea 02/05/2009 - 18:30

Hola , quiero ser una cajera de verdad .Tengo 1 año de esperiencia y quero estar otra vez una cajera de verdad.

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