Pensamientos: comunidades antes que mercados

Hoy en Oñati, durante la comida con los alumnos del MBA Executive de MONE (la escuela de negocios de MCC), he tenido la oportunidad de estar charlando con Amaia alias complejidad en torno a mis ideas sobre las comunidades y los mercados. Todo a cuenta la teoría de la larga cola, que mira que da para laaarrggoooos análisis. Y es que una idea que me subyuga de este planteamiento es que los mercados desparecen y en su lugar prevalecen las comunidades.

Antes de nada, he de decir que yo no soy ningún experto en él área marketing/mercado. Mi orientación siempre ha sido más hacia dentro de las organizaciones, pero ahora creo estar descubriendo que dentro y fuera, lo mismo da, los principios de funcionamiento son muy similares. Las ideas me han ido surgiendo a medida que avanzada la primera jornada sobre Conocimiento y participación, que, por cierto, ha sido puro diálogo con los alumnos. Trataré de explicarme, aunque ya hay ideas anteriores en este otro post.

La idea básica es que antes de mirar algo como un mercado -transacción comercial- debemos tratar de comprenderlo como comunidad -transacción no necesariamente comercial- para incorporarnos a sus conversaciones. Cuando un grupo de personas tienen sentimiento de comunidad, las relaciones comerciales que se derivan de sus necesidades son mucho más comprensibles y no creo que estén tan afectadas por la variable efectividad, ésa que conduce irremediablemente a la multiplicación por cero. En la larga cola hay microcomunidades que quizá aún no han desarrollado suficiente sentimiento de pertenencia. Aquí es donde está la gran oportunidad: ayudar a construir ese sentimiento sobre la base de valorar su identidad como grupo.

Vayamos con un ejemplo. Si alguien siente pasión por los pensamientos (unas preciosas flores de colores), ¿por qué no crear una comunidad con otras personas que comparten la misma pasión? La larga cola nos ofrece esa posibilidad. Y ahí, en ese nicho, todo es más apetecible. Ahí hay personas apasionadas, ahí hay passionate users, y esto no puede pagarse nunca con dinero. Entrar en ese restringido círculo supondrá valorar la identidad de quienes cultivan pensamientos. A mi madre le encantan y en su jardín tiene un montón. Estoy seguro de que el día que encuentre un tiesto especialmente pensado para los pensamientos, quizá no mire tanto el precio.

Quiero decir con lo anterior que antes de ver potenciales clientes tenemos que vernos como miembros de su comunidad. Si nos aceptan en su comunidad, entonces entramos en un lugar privilegiado. Las personas de nuestra empresa que vendan tiestos para pensamientos no serán nuestro personal de línea, nuestra oficina técnica, nuestros comerciales…; no, en realidad, serán, antes que nada, miembros de la comunidad de l@s entusiastas de los pensamientos. Y dentro de esa comunidad, si nuestra empresa se dedica a los tiestos, nosotros seremos los proveedores de los tiestos más hermosos que un pensamiento jamás pueda encontrar.

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