El asunto de la transparencia es imparable. Y la herramienta de poder es el teléfono móvil. Claro que alguien va a pensar que el aparato en cuestión es el diablo. Pero no, como siempre, la herramienta es lo que es, la cuestión es el uso que se le dé. Un cuchillo bien afilado permite extraer finas lonchas de jabugo, pero los CSI me temo que, la mayor parte de las veces, lo van a ver como un arma homicida en potencia. El móvil va camino de ocupar el mismo lugar: herramienta multiusos para hacer transparente el mundo. Depende de lo que hagas, la transparencia será tu perdición o tu bendición.
Vía Smart Mobs leo Filming of teachers: alumnos que se dedican a filmar a sus profes para descubrir discursos hilarantes (o de peor pelaje). El aula se hace transparente y se publica lo que allí sucede. Hace poco leía otra noticia, recogida también por san Enrique Dans, relativa a la publicación de fotos de posibles acosadores captados con los móviles. El mundo se capta en vivo y en directo desde un teléfono móvil. Y me temo que es imparable.
Evidentemente esto es algo de lo que ocuparse, no sé si con lo que preocuparse. No debemos ir a demonizar el hecho en sí. Saber que el mundo se transparenta es importante. Comportarse con una especie de histeria mezclada de manía persecutoria no creo que sea el mejor antídoto. Que lo que haces pueda ser visto por otro público más amplio y diverso pasa a formar parte de la sociedad del siglo XXI. La privacidad va a tener que ser redefinida. Y creo que cuanto más tratemos de poner barreras más podemos crear el prurito de saltárselas. El placer de lo prohibido siempre atrae conductas, antes, ahora y después.
La respuesta tiene que ver con trabajar actitudes y responsabilidades. Somos las personas quienes usamos el cuchillo. Y tenemos que decidir qué hacemos con el cuchillo cada vez que lo tenemos entre las manos. El teléfono móvil es tecnología puesta al servicio de una ingente masa de personas. En la campana de Gauss que conformamos entre tod@s habrá comportamientos variopintos. Las excepciones pueden hacer ruido porque la dimensión lo permite y el marketing viral actúa rápido para contagiar comportamientos, sobre todo cuando hablamos de adolescentes y gente joven en general. Es lógico que sea así.
Hay preocupación, es evidente. “There has been an upsurge in the covert filming of teachers,”said Andy Brown,the teacher who has tabled the motion calling for the union to study ways of preventing it.“In some cases, teachers’ heads have been superimposed on another image to make them look stupid and the whole thing posted on an internet site.” Ahora hay nuevas formas de reírse de los que somos docentes. Cada cual verá hasta dónde llega su tolerancia. ¿Qué problema tenemos por reírnos? Claro que alguien puede ponerse sensible y marcar líneas de separación entre reírse de y reírse con. Pero mejor reír que llorar.
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5 comentarios
Es como preocuparse por la reducción de puestos de trabajo de los artesanos ante la aparición de las máquinas. Ante el futuro solo es posible la adaptación, aunque no todos/as tenemos la misma capacidad ni las mismas ganas. Seguro que alguien lo va a pasar mal.
¿Será la transparencia el camino hacia la autenticidad, aunque sea porque ya no quede donde esconderse?
Si así es, bienvenida sea.
Prefiero preguntar por qué hoy en día resulta «importante» para muchos grabar a alguien en una situación tan normal como dar clase?
Qué interés hay actualmente por filtrar la intimidad de alguien normal y lanzarla a la red?
La Bailarina
No son malas preguntas, usuario anónimo . Pero, claro, se juntan dos asuntos: el placer de lo prohibido es una tentación para cualquier adolescente en clase y, además, la tecnología lo hace fácil. No digo que no haya que trabajarlo en clase, pero si nos ponemos de frente me temo que no conseguiremos nada.
Me vas a disculpar pero creo que se juntan más asuntos.
Releyendo «Complejidad» no se por qué pero lo veo muy relacionado con el tema «Profes en la intimidad». Si, ya se que son situaciones diferentes pero, no llevan al mismo final???
Por ejemplo en este párrafo: «Por último, aparece la información como alimento base de la autoorganización. Y, como no podía ser de otra manera, tenemos que facilitar su dispersión y uso inteligente dentro de nuestras empresas. Adiós a las parcelas, adiós a los perfiles restrictivos de usuario. La información es la sangre que riega el cuerpo de la organización para que ésta se mantenga viva y atenta a los cambios. Perdemos mucho si colocamos paredes. Perdemos tiempo en hacerlas y perdemos confianza, que es peor.»
La Bailarina