Nueva etiqueta: BTT

Actualización.- Todas las entradas relacionadas con la bici de montaña quedan agrupadas en la categoría Rodamos Suave Suave.

Son las 10:40. Habitualmente madrugo -concepto subjetivo donde los haya- y eso estira amablemente las mañanas. Eran las 7:40 cuando he bajado al garaje y he cogido la bici de montaña (BTT) para subir al Pagasarri. Este es un monte urbano, pegado a Bilbao, con unas laderas bien pronunciadas. Son 650 metros y se sube en muy pocos kilómetros. Para subir con la bici, es una ascensión dura.

Siete grados al salir, sol arriba, nubes abajo. El día estaba precioso. Por eso he decidido subir despacio. Mirando el pulsómetro, sin pasar de 140 pulsaciones. Es una forma distinta de disfrutar. Supongo que he subido drogado, con un chute de endorfinas más allá de lo que cualquier control antidoping permitiría. Mientras subía se disparaba la actividad de mi masa cerebral. ¿El estado de flujo es incompatible con un cierto esfuerzo físico? Si me enchufan cualquier aparato que pudiera medir algo parecido a ese estado, en mi caso, se produce montando en bici de montaña.

Cuando subo despacio con la bici a veces hablo con l@s que van andando. Hago networking tradicional, porque muchos son jubilad@s y a ell@s habitualmente les gusta el palique. Hoy ha sido un jubilado de 66 años que también anda en bici, pero de carretera. Me ha parecido que no blogueaba, pera era tipo agradable, al menos subiendo al Pagasarri.

Luego he dado la vuelta por detrás del Paga, hasta la base del Ganekogorta, para volver por otro camino. Mientras volvía seguía efervescente mi cerebro y he tomado unas cuantas decisiones más. Voy a meterle caña a mi inglés, ahora que empiezo a escribir bastantes cosas en ese idioma (sniff, sniff, aplazamos quinto de francés). Voy a escribir un post sobre esta salida en bici (es éste, claro está). Voy a leer un documento pendiente sobre cooperación en los negocios de Howard Rheingold y la gente del Institute For The Future, que tiene muy buena pinta. Voy a escribir más posts «personales»; me apetece.

Ahora que estamos a media mañana, aquí en el despacho, tengo que preparar una reunión que tengo con un cliente esta tarde. Cuando eres artesano, hay mañanas en que brilla el sol lo suficiente como para no dejar el culo sentado en el sillón, frente al portátil. Esas mañanas son las que me hacen pensar que todo esto merece la pena. No importa que sea un miércoles u otro día de la semana. El tiempo debiera ser propiedad de cada uno, pero en un maldito contrato alguien quiso que lo alquilaras por dinero. Planteátelo.

Por eso, cuando estaba llegando de nuevo al garaje, he pensado que en del.icio.us incorporaría una nueva etiqueta, BTT, para añadir a la caótica nube que nos acompaña a la derecha. Porque placer y trabajo se suceden y se solapan. Y este blog es personal. Y como soy artesano, mi jefe ha dimitido. Me ha dado un poco de pena, más compasión que otra cosa, pero, al final, he aceptado su dimisión.