Gracias al furor intelectual que está desplegando Juan Freire últimamente en torno a la innovación, he pensado en cinco vías organizativas para impulsarla en las empresas. Viene a cuento a partir del último de sus posts y de algunos anteriores en que le da vueltas al enfoque renacentista de la innovación. Quería contestarle vía comentario, pero me estaba alargando allí y he preferido un copia-pega para colocarlo aquí algo más clarito.
Por cierto, si queréis más al respecto, podéis seguir la pista de lo que Juan está escribiendo en torno a la innovación en su blog.
En mi experiencia de consultoría -da para lo que da- veo cinco alternativas que organizativamente pueden impulsar la innovación. Comienza a ser habitual que existan áreas de I+D+i, donde la pata innovación ha sido la última en llegar. Parece que ningún gerente que se precie debe omitir en sus presentaciones de empresa comentar este asunto. Innovar aquí todos los días, pero quizá hay que dibujar una cierta estrategia para que esto sea realidad. Por eso os planteo las que me parecen vías más lógicas:
- Formalizando la actividad en un puesto o área. Bien, es la más evidente, quizá. Pero no tiene por qué ser la mejor. La calidad, la prevención, la gestión ambiental o la mejora continua parece que necesitan a alguien que coja la antorcha antes de que todo el mundo tenga suficiente luz para dedicarse a ello por sí mismo. Sin embargo, todos sabemos que podemos provocar el efecto: «¿La innovación? ah… eso pregúntale a fulanita o a zutanito… o… ¿eso no es lo del departamento del fondo? Sí, los de los chismes». O sea, que no es actitud común, sino la responsabilidad de cierta persona o departamento. Mal vamos.
- Reconociendo expresamente este tipo de actividades mediante los sistemas de reconocimiento vigentes en la empresa. Claro que esto necesita que la empresa sepa reconocer cosas bien hechas de vez en cuando y es conocida la natural torpeza de la empresa en estos menesteres. Pero, vamos, que si quieres innovación, coloca algunas zanahorias más o menos atractivas. Conste que también valen palmadas en la espalda, ánimos sinceros, sonrisas de satisfacción y cosas por el estilo. Pero que vengan de los que tienen ascendencia interna, por supuesto.
- Implantando indicadores que apunten en esta dirección. Aunque esto de los indicadores tiene mucha madeja que desenredar, parecería lógico que colocáramos algo que apunte en esta dirección. Indicadores en torno a la innovación no son tan sencillos, porque lo que queremos es medir no sólo resultados sino también el hecho de si estamos en la dirección correcta. Es decir, que necesitamos indicadores que midan los esfuerzos, no sólo los resultados. En cualquier caso, en el control de gestión deberíamos ver algunos indicadores de este pelo.
- Incorporando esta variable en la selección de personas para puestos críticos (es decir que la innovación sea transversal a la organización y esté presente en aquellos lugares importantes). Tiene la gran ventaja de que el impacto es mayor por extensión del fenómeno a más áreas. Probablemente no consigamos el contagio ultrarrápido del marketing viral, pero supone colocar cimientos para un futuro esperanzador. Parece lógico pensar que una cuadrilla de directivos con cierta sensibilidad por la innovación redundará en el futuro en mejores resultados. Me entra aquí la duda de si esto es fomentar la homogeneidad y caigo con ello en la contradicción de que para innovar mejor cierta diversidad y no planteamiento monolítico, pero la cuestión es, al menos tenerlo en cuenta en procesos de selección. Para más dudas, preguntáis a David Monreal.
- Desarrollando una red activa con otros agentes claramente innovadores. Esta vía quizá sea la más interesante cuando quieres comenzar. Otros ya están en el camino. Pues que te cuenten cómo les va. Hazte amigo de ellos, queda de vez en cuando para escuchar cómo se lo montan, qué les preocupa, cómo encienden la llama de la innovación dentro de sus organizaciones. Podemos aprovecharnos de su experiencia. Además, no entramos en vías de coste estructural, que a todo gerente 1.0 le preocupará, por supuesto (bueno, vale, y a muchos del conjunto vacío de los gerentes 2.0).
En fin, que aquí hay cinco ideas. Mira a ver si tienes suerte y consigues un enfoque multidimensional que te permita actuar en la línea de 1+2+3+4+5. Para nada son excluyentes. Suerte.
3 comentarios
Ya lo tengo
Estimado Julen:
Hoy, el 1.0 está en un predicamento. No reconoce que el computador, por el cual observa la bolsa, su correo, el diario, las féminas, las tablas Excel, los Ppt.., los programas afín de administración, sus bitácoras y cuantas pantallas sea necesarias para su complemento diario, es una consecuencia de nosotros mismos.
Las con-secuencias de una vida cotidiana fueron comprimidas por el ordenador; sin embargo, éste dispositivo aglutinador dispersó aún más la compleja interrelación humana. Yo veo que nosotros (los 1.5, caminando hacia el 2.0) podemos ver la transposición de átomos a bits, pero quienes todavía se manejan en un formato de “real y dar” –dad en tu lengua- no quieren escapar de ella, ya que la esclavitud a la tradición produce estabilidad y cooperación, sentimentalmente vinculando el pasado con el presente; pero, al mismo tiempo, reprime la iniciativa y encadena los poderes creativos de la personalidad.
1) Mi empresa tenía que salir a la red, con dominio propio. Se mentó una organización que cumpliera los 12 principios de estrategias digitales para dominar mercados.
2) Se impuso una suerte de premiación para quienes estuvieran más vinculados con la estrategia 2003 – 2005. No obstante, no sucedió nada con lo prometido.
3) Para mí el indicador era lanzar y lanzar ideas para las necesidades inherentes; sin embargo, me topé siempre con la idiosincrasia, la cual atraviesa transversalmente a toda mi sociedad, me incluyo.
4) Nunca supe si existía tal puesto de trabajo, pero si una organización está avocada hacia los ínter nautas, dejándoles transar remotamente, ese es un indicador claro de los que representa esa brecha entre los 1.0 y 2.0, claro entonces estaba la actividad crítica, el puesto crítico y la crítica.
5) Claro que les preocupa y por ello, al no saber como regar la planta que está creciendo en su jardín izquierdo, optan por extirparla y echar tierra en el lugar que ha quedado el hoyo.
“Si alguien se presenta y te ofrece flores, eso debe ser un cumplido”.
La vorágine de un profesional es mesurable, solamente cuando ofrece algo, so pena que se le destruya por herejía. Es ahí donde se deben tomar cartas en el asunto y observar que arrojó el indicador, movilizar a la organización y entregar cuantos enlaces sean posibles ya que, dentro de las fronteras organizacionales se ha generado una idea innovadora y exclusiva, inherente a las actividades de la organización.
Si tiene el contacto con el Grupo Santander de España, su tierra natal, no olvide mostrar que por acá, en el extremo sur del mundo, se originó una estrategia digital para dominar los mercados de los 2.0. Imagínate cuando sepan que a los 2.0, adeptos a los productos financieros, ya se les tiene preparada una empresa, a partir de lo que ya existe.
santandersa.blogspot.com
Atte.
HSQO
Ya lo perdí