Llevaba unos días dándole vueltas y acabo de encontrar esta reflexión en el blog de Nicholas Carr. Tiene que ver con el narcisismo. Ya sabéis que me muevo por el mundo cooperativo. Y por aquí se presume de varios principios, entre los cuales siempre está presente lo colectivo, la solidaridad, la construcción de algo conjunto. Y es evidente que la web 2.0 navega en una contradicción en sus términos. Ya lo dijo Manuel Castells, pero quizá el individualismo en red es una de las paradojas más poderosas del momento. Y no sé qué puñetas pinta el concepto de empresa cooperativa en esta parte del siglo XXI.
Se me llena la boca de hablar de la persona. Lo hago a cada momento. Marca personal, artesanía, profesional autónomo, individuo, mis derechos. Yo, yo, yo, yo. Y al mismo tiempo concebimos a la persona en la red sólo en tanto que puede comunicarse. Si no desplegara sus habilidades de comunicación, no tendría sentido ni Internet, ni Web 1.0, 2.0 ó lo que queráis. Pero esa construcción social surge del endiosamiento de nuestros egos, ¿no? O sea, paradoja celestial.
Por otra parte, nuestras reflexiones van en la línea de que vía p2p podemos construir un marco de relaciones más sano mental y emocionalmente. Acabo de echar un vistazo (porque no tengo capacidad suficiente para leer con detalle la impresionante producción de P2P Foundation) a este post y creo que tampoco tiene desperdicio.
No sé cuándo me dijeron que aquí en Bilbao la Universidad de Deusto no había conseguido número suficiente de alumnos para continuar con su licenciatura en sociología. Y sólo aquí en la blogosfera, no sé cuántos millones de personas están desnudando almas y disimulando emociones en una impresionante contradicción diaria. ¿Cómo es posible que no haya suficiente número de personas con 17 ó 18 años interesadas en tratar de explicar esta nueva sociología llena de oro y mierda al mismo tiempo? Bueno, quizá sea que son jesuitas. ¿O no?
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