Consumo y transparencia, lejos del enfoque 2.0

Frente a mi casa en Bilbao han abierto un Eroski Center. Curiosa la manía «center» (nótese el matiz americano frente a la opción «centre»), oye. Bilbao Exhibition Center, Eroski Center, Donostia International Physics Center, ULMA Packaging Technological Center, Centro Comercial Max Center, Maier Technology Centre (versión Busturialdizada del americanismo «center»)… Vale, acepto la invasión. En lugar de Casco Viejo de Bilbao, Zazpi Kaleak, propongo Bilbao Center, ¿no? Más claro y nítido. ¡¡¡Ieepppa!!!, que me desvío.

Lo digo desde el principio: mi punto de vista es beligerante con Eroski debido a los centros en los que compro. Sus centros de Alda. Urkijo, junto a la plaza Arrikibar, y de la Plaza Indautxu en Bilbao son pésimos en la organización de lineales, reposición, paso de clientes por caja y, en general, por la sensación de suciedad (más el de Urkijo que el de Indautxu). Por no comentar otros detalles escabrosos.

Ahora han abierto un nuevo center en Alda. Rekalde y lo llaman Monumental, el nombre del garaje que allí estaba ubicado. Al margen de la vorágine consumista 2×1 que he visto desatarse, han realizado una campaña de promoción con vales de descuento de 3 euros que, desde mi punto de vista, bordean lo engañoso. Tengo en la cocina 15 vales de 3 euros: 45 euros de descuento en total. Pero, como siempre, hay que leer con detalle las condiciones. Esto es ponérselo fácil y transparente al cliente/a jubileta que tantas visitas les hará. Y colocan dos condiciones:

1. Tienes que consumir los vales en 13 días (del 13 al 25 de febrero, supongo que ambos incluidos).
2. El vale sólo se aplica a compras superiores a 30 euros, pero sólo puedes utilizar un vale de 3 euros por cada 30 de compra.

Dicho así quiere decir que mis 45 euros de descuento que tengo enchinchetados en el tablón de la cocina son aplicables si soy capaz de comprar en 13 días 450 euros (74.873,7 pesetas de las de antes). Interesante promoción del consumo responsable para aprovechar los descuentos.

Quizá los demás sean así, pero no me parece coherente con la bandera que Eroski enarbola en torno a la defensa de derechos del consumidor. En la empresa 2.0 hay transparencia y a mí no me gusta tener que leer cosas escritas con letra más pequeña en el reverso de un vale descuento. Bien, estas cosas son así, pero mal de muchos consuelo de tontos. No estaría mal diferenciarse del resto, pero parece que consumo es consumo. Y en el Funky Business en que vivimos, al menos yo intento defenderme de este tipo de agresiones. Quéjate a Eroski si quieres. Aquí tienes el enlace a su web. Eso sí, lo que haces son, desde su lenguaje, sugerencias, no quejas.

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