No me resisto a comentar una intimidad. Ayer pude compartir mesa con Alberto y con un amiguete de los que no veíamos hace unos cuantos años. ¿Cómo llegamos allí? Porque el amiguete común, Teo, nos localizó vía digital. Pero ese contacto sólo fue la disculpa.
Por eso, reconocí ayer otra vez que quiero un mundo digital para poder conversar en analógico, por mucha TDT terrestre que me coloquen frente al sofá. Si lo analógico es vía slow food, mejor. Y aunque tengan la web en estado vegetativo, una recomendación: Escuela de Hostelería de Gamarra, en Vitoria. No hace falta marketing viral, es sólo un consejo de amigo.
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1 comentario
Yo siempre he «peregrinado» a Guetaria, la cosa va de años. Perocon una ventana hermosa como la que has puesto, la próxima Gamarra. Fijo.
No hay mejor márketing que la calidad.