Primeras aproximaciones a la empresa 2.0

by Julen

Lo prometido es deuda, y ya que empezamos a hablar de la empresa 2.0 en un post anterior, y además Alberto en eadmin parece empieza a darles vueltas a la Administración 2.0, quizá sea bueno empezar a tirar las primeras piedras. Allá vamos, si hay web 2.0, ¿por qué no empresa 2.0?

Parecería lógico bucear en la definición de web 2.0 para comprender cómo sería una empresa 2.0 basada en sus mismos principios. Por tanto, repasamos, wikipedia en mano, qué parece ser web 2.0:

  • sitios web que se definen como puntos de encuentro y que priman la colaboración
  • sitios web con efecto de red a través de la participación
  • sitios web pequeños capaces de sindicar contenidos y con un estado beta permanente, con un manejo ágil de la información que debe entrar y salir fácilmente
  • sitios web que priman la innovación basada en personas independientes
  • web como plataforma (el medio) y colaboración como fin


La empresa 2.0 debería trasladar estos conceptos a su dinámica interna y a su interacción con el resto de integrantes de su cadena de valor, sobre todo clientes (y clientes de clientes hasta llegar a consumidores finales) y proveedores. El primer gran paso puede ser el de reconocer que las personas que habitamos esta sociedad en el sigo XXI nos cuestionamos la pura concepción económica del hecho empresarial. El asunto tiene su importancia porque la situación actual coloca a la empresa en el punto de mira de la desconfianza general de las personas de a pie. Es decir, la empresa 2.0 quizá tenga que construirse sobre un lugar con cierto efecto «campo quemado». O sea, que puede ser más difícil construir la empresa 2.0 que la empresa original, fuera como fuera aquélla. El segundo intento quizá tenga que superar barreras de incomprensión, de «otra vez no», de «esta vez no me vas a engañar». Nos lo hemos ganado a pulso.

La empresa 2.0 como punto de encuentro y lugar de colaboración (¿una iglesia?). Que esta afirmación fuera viable supondría reconstruir las relaciones de abajo a arriba. Es decir, la colaboración es mucho más sencilla cuando yo quien decido, antes que mi empresa. O sea, si me dicen en la empresa «tienes que colaborar en tal proyecto» no es lo mismo que si yo me digo a mí mismo «voy a colaborar en tal proyecto». En el primer caso es «tu» decisión, en el segundo es «mi» decisión. Egoísmos aparte, habrá que llegar a decisiones que se respetan mutuamente. Es algo tan sencillo como comprender por qué hay tantos blogs de personas y tan pocos desde una perspectiva empresarial. La expresión individual atrae. La expresión empresarial aburre en general, a pesar de algunos intentos de creativos de la publicidad o de drogadictos del management. Habrá algún lugar por ahí en el medio en que nos encontraremos a gusto, ¿no?

En la empresa 2.0 el efecto red consistirá en reconocer que las conexiones de las personas, al margen de las que la organización dispone, son las que valen. Es decir, ¿cuánto vale una empresa? Lo que demuestren la calidad y la cantidad de las conexiones entre sus personas. Claro que en un mundo globalizado, en una empresa globalizada, las conexiones van a pasar por unas cuantas tecnologías de información y comunicación. Por tanto, parece evidente que las personas de la empresa 2.0 deben ser capaces de manejarse con estos locos cacharros. Pero necesitamos el efecto «tía Begoña». Si no, todo es más complicado. Si tengo la necesidad de comunicarme, la tecnología es sólo un medio.

Por otra parte, tengo mis dudas si la empresa 2.0 está globalizada, lo reconozco. Al menos, globalizada al estilo actual. La empresa 2.0 no globaliza para ser más eficiente. La razón para globalizar es sencillamente la de disparar el efecto red. Desde este punto de partida, nadie puede estar pensando en conectar con un país del sudeste asiático porque aquella gente gane menos pasta que tú. Al revés, la razón de contactar con alguien de allí se basa fundamentalmente en que aporta o puede aportar tanto o más que yo. Colaborar con los países que (ahora de forma políticamente correcta decimos que) son emergentes o están en vías de desarrollo no tiene sentido si no reconoces que la estupidez humana está repartida por igual en el planeta, independientemente de cualquier otra condición.

La empresa 2.0 es pequeña y basa su competitividad en la gestión eficiente de la información. Además, está en fase beta permanente. Aunque tentados por las multitudes inteligentes, las empresas 2.0 se repliegan sobre la base de sus redes sociales y maximizan el valor añadido en torno a la información. Usan copyleft y saben que cualquier inversión en guardarse las cosas es tiempo perdido. Son empresas que están construidas a partir de las personas y que satisfacen sus necesidades de interacción humana. Quienes más guardan son más pobres. Sólo si sacas tu mercancía a la calle eres una persona atractiva. Es la forma en que la empresa contribuye al desarrollo de la humanidad. Poniendo en la plaza pública sus éxitos y sus fracasos, información para que las demás empresas y las demás personas aprendan. Con las empresas 2.0 puedes hacer benchmarking y puedes aprender también con sus peores prácticas. Eso es la fase beta permanente.

Las empresas 2.0 son innovación constante. Pero no tienen un departamento de I+D+i. Hay personas más orientadas a lo nuevo y otras más orientadas a darnos valor porque trabajan sobre logros anteriores y los hacen más adaptados a las necesidades de los clientes. Los perfiles se complementan porque se necesitan. Quienes tienen contacto más asiduo con los clientes reconocen patrones de conducta que coinciden con esta óptica: hay clientes que quieren lo (bueno/malo) conocido y otros que quieren lo (bueno/malo) por conocer.

Así pues, la empresa 2.0 forma parte de un sistema global, de una gran cadena de valor mucho más allá de sus estrictas conexiones directas. La empresa 2.0 es un pedacito de cómo funciona este planeta a principios del siglo XXI. Es la fase beta de un proyecto que nunca concluye.

Ah, la empresa 2.0 tiene blogs, pero no son de su propiedad. Simplemente la habitan personas y las personas tienen blogs. Los blogs tienen ideas y las personas las comentan. Algunos blogs comentan cómo será la empresa 2.0, pero no dejan de reflejar las contradicciones de quienes por allí pasan.

Para despejar cualquier tipo de duda, a la entrada de la empresa 2.0 hay un cartel al más puro estilo tradicional que dice «En esta empresa está permitido escribir un blog en horas de trabajo. Tú decides si cuando lo escribes estás trabajando o no.»

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4 comentarios

Iñaki 08/01/2006 - 23:34

Me parece atractiva la empresa 2.0 que pintas. Es una empresa orientada a las personas, que trata de generar valor para los que trabajan en ella, para sus clientes y para la sociedad en general. Es una empresa del siglo XXI, que refleja los fenómenos emergentes en la sociedad de la información y del conocimiento: las nuevas formas de comunicación y de expresión, las redes sociales, etc. Una empresa que aprovecha las oportunidades que brinda la tecnología y que apuesta por la innovación y por el cambio, donde los trabajadores afrontan el reto de mejorar y crear permanentemente nuevos métodos y nuevos productos, de forma que puedan crecer profesional y personalmente.

De entrada, resulta un modelo muy atractivo. Supongo que las posibilidades de llevarlo a la práctica variarán con el sector y con el tipo de empresa de que se trate.

Quiero decir que lo veo más factible en empresas «intensivas en conocimiento», mientras que se me hace más difícil su implantación en las más «manuales» (por decirlo de alguna manera).

De todas formas, seguiré atento a las próximas entregas.

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Anónimo 22/06/2011 - 17:33

[…] a hablar de esto hace ya mucho, pero que mucho tiempo. Y si no, mira este enlace de Julen Iturbe, o este otro, ambos escritos allá por enero de 2006 (casi […]

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Consultoría artesana en red » Empresa abierta no es empresa 2.0 27/11/2011 - 10:49

[…] Primeras aproximaciones a la empresa 2.0 […]

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