Por otro de los posts hemos andado comentando algunas cosas en torno a las marcas y los blogs. Coloco algunas otras ideas por aquí, un poco con argumentario de garrafón, pero creo que útiles y relacionadas con el manejo de información. Confieso que hablo de marca/imagen como términos muy amigos.
- Primero, cada vez es más difícil ocultar algo. Si la cagas con la calidad que ofreces, te vas a enterar tú y el resto del planeta tierra. Claro que con la condición de que viva en el primer mundo. Tu marca puedes gestionarla bien, basada en el ADN correcto, desplegando los medios adecuados bla bla bla pero yo como cliente soy el que dicta sentencia. Aunque dantescos ejemplos contrarios mil, oigan.
- ….No siempre esto es así, ¿verdad? Claro, se complica. Si digo que tu producto es una mierda, hace falta que yo tenga reputación. Si no, no me vas a dar credibilidad. Adiós a mi pretendida influencia en tu marca. Es más, puede ser que diga que tal cosa es porquería y eso te ayude a construir marca. Hay personas y entidades generadoras de opinión y por tanto, que repercuten en la marca. Hay y habrá blogs en las dos márgenes del río.
- Supongo que la marca está relacionada con el volumen del altavoz y con lo que digas por el altavoz. Cada uno que navegue como quiera. A veces creo que vivimos con la megafonía a tope… lo cual provoca que no se entiende bien lo que nos disparan. ¿Puede ser marketing viral? El colega Nicholas Negroponte ya decía que «enviar más bits de los necesarios es como subir el volumen del altavoz» (El ser digital).
Y una última cuestión. Si no lees blogs o escribes blogs, es asunto tuyo. Igual que si no usas un ordenador, un móvil o no ves la tele. Puede que tengas un problema o que seas realmente feliz así. Ambas cosas pueden suceder y yo siempre te desearé la segunda de ellas.
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