Metabolizar tecnología, metabolizar información

by Julen


Comentaba el otro día en una clase cómo las personas traemos de serie al mundo determinadas características y cómo nuestra interacción en sociedad las va modificando, a veces para bien y a veces para no tan bien. Hoy los que venimos de los 60 reconocemos en nuestra carrocería algunas carencias de serie, entre ellas probablemente unas cuantas relacionadas con las tecnologías de información y comunicación. Eso sí, siempre hablamos de generalidades, que excepciones las hay como en todos los lugares, campana de Gauss al margen.
¿Por qué prohibimos el uso del móvil al volante de un vehículo? Porque para los adultos responsables supone la necesidad de dedicar parte de nuestros recursos intelectuales y de atención a ese asunto. Ya, claro, es evidente que por defecto de serie en el humano de origen.
Pero cuando la tecnología se metaboliza y se incorpora de serie a personas y ¿organizaciones?, no sé si esto tiene sentido. Quizá haya que esperar años y nosotros no lo veamos (que sí, que sí, seamos optmistas), pero seguro que lo que hoy es tecnología mañana no lo será. Si los humanos somos capaces de metabolizar esa tecnología (que no sé si es bueno o malo, o todo lo contrario), quizá también podamos metabolizar información, incorporarla a nuestros discos duros allá arriba en la cabeza y allá adentro en el corazón. La alfabetización informacional vendrá incorporada en el niño.
Cuando en algunas clases comparo personas y organizaciones, quiero aprovechar el símil para humanizar las organizaciones y hacer más responsable social a la persona. Es una realidad que las personas si nos lo proponemos superamos límites (erosión de metas, gracias por recordarlo, Telémaco), y esos límites cuando ya se han sobrepasado, forman parte de lo que aprendimos por simple evolución.
Todo este embrollo me viene a cuenta de que cuando queremos organizaciones intensivas en comunicación (hacia adentro, hacia afuera y de las personas que las habitan consigo mismas), quizá podamos aprovechar el nuevo equipamiento de serie del que es posible que ya empiecen a disponer las nuevas generaciones. Aunque lejos, me da respeto el asunto, porque por el lado oscuro, me viene a la mente el concepto cyborg, al que quizá otro día le dediquemos algún post.
Ah, por cierto este símil del «equipamiento de serie», tan automovolístico, tiene una segunda derivada. Creo que caminamos hacia coches intensivos en comunicación, entre ellos y con los humanos. Tiempo al tiempo.

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