Información prohibida

by Julen

No sé muy bien cuál es la razón, pero algún día quizá encuentren el gen de la inquietud informativa. Me refiereo a la inquietud por gestionar adecuadamente la información que nos hace falta para existir. David está algo desesperado porque sus alumnos no parecen informativamente inquietos. ¿Por qué se es activo o pasivo respecto a la información? Tendré que darle un par de vueltas en la tesis.
Claro que si no ves para qué te sirve esta inquietud, pues entonces seguro que no lo serás. Por tanto, se me ha ocurrido, hilando con algunos posts anteriores, que una alternativa sería prohibir. Si prohibimos, creamos el deseo. Claro que no parece éticamente aceptable prohibir en nuestros tiempos. ¿O será que la ilegalización conduce a la creación de una identidad cad vez más fuerte?
Tengo que seguir pensando.

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7 comentarios

DAVID 28/04/2005 - 13:50

¿Por qué se es activo o pasivo respecto a la información?
Bueno, yo creo que la clave es que ellos ven el mundo como algo estable en el que lo importante es conocer los modelos explicativos que deben tener en mente (casi más que modelos buscan reglas) para comprenderlo y tomar decisiones en consecuencia. Para ellos el mundo es ordenado, lógico y estable y en este contexto la información pierde valor. Para mi la clave está en mostrarles la complejidad del mundo y la invalidez (cada vez más) de los modelos estáticos que tanto adoran. Sólo cuando sepan que todo se mueve a toda velocidad sentirán la necesidad de tener y gestionar energía (información) para moverse ellos igual de rápido.
Pero, ¿Cómo les explicamos eso?

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Iñaki Pérez 28/04/2005 - 15:55

Creo que la recomendación a los formandos de la lectura del antiguo y trasnochado libro que seguramente conoceréis: «El Shock del Futuro», de Alvin Toffler clarifica mucho el mundo en el que nos tenemos que mover en el siglo XXI y es muy explicativo respecto a la inestabilidad de los conceptos y modelos y la urgente necesidad de desarrollar la capacidad de adaptación frente al mundo que cambia a ritmo vertiginoso.

Permitidme en todo caso hablar de un concepto que desde hace años me ronda la mente y que aparece cíclicamente cuando se habla de estos y otros temas relacionados y que no es cosecha propia.

Dicho concepto me fué transmitido hace años por el historiador y a la sazón sacerdote vasco Josetxu Villacorta, a quien tengo el gusto de conocer hace mucho tiempo y del que puedo decir que es gran persona, erudito donde los haya y fuente inagotable de conocimientos en cada conversación que se emprende con él (Aunque sea en una esquina de cualquier calle de Bilbao).

Como os comento, hace muchos años este amigo hablaba de un concepto muy importante a conservar y decia que es fundamental en nuestro mundo desarrollar el «Ansia de conocer» y la fuente de placer que supone el saber más y comprender mejor el mundo que nos rodea, en sus palabras «La gozada» que supone saber más, sin otra compensación.

Y yo estoy de acuerdo con él a pesar de estar probablemente jugando con un concepto poco científico y para nada medible y cuantificable (Perdona Alorza), pero en todo caso fácilmente apreciable en las personas a nada que se profundiza un poco en sus inquietudes y sus valores.

Es más, a riesgo de ser calificado como trasnochado y contrario a las corrientes educativas actuales, me atrevería a añadir que nos encontramos frente a los resultados de los modelos educativos que llevamos sufriendo hace años, en los que no se potencia el cultivo personal como fuente de riqueza sino la búsqueda de no sé muy bien qué suerte de desarrollo durante determinadas etapas de la niñez, adolescencia y juventud, más encaminadas al resultadismo cortoplacista y tuerto, que a la relativización y profundización en aras del SER y no tanto del tener, lo que sin duda dinamizará más fácilmente a las personas hacia la búsqueda de esa energía.

Tal vez mi planteamiento sea un poco radical y demasiado crítico, incluso antiguo, lo admito, pero os puedo asegurar que tengo 7 sobrinos de edades comprendidas entre los 17 años y los 5 meses con los que suelo hablar (Con unos más que con otros desgraciadamente y con los más pequeños lógicamente es difícil investigar) y el tipo de valores que les son transmitidos desde el sistema educativo (y por qué no decirlo desde la sociedad en general, que al final no es más que un reflejo más o menos encosetado de ésta),desde mi punto de vista, es absolutamente penoso.

Lo siento y espero fervientemente que alguien me convenza de lo contrario.

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Alorza 28/04/2005 - 21:07

No sé si he comprendido cuál es la idea de tu discurso, Iñaki, pero tengo la impresión de estar totalmente de acuerdo. Yo también creo que quien es inquieto, es inquieto sin causa. La inquietud por la información es una forma de hedonismo.

Prohibir la información, si se hace bien, puede ser una buena idea. Hacer algo prohibido es siempre placentero.

Por otra parte, es muy difícil que un joven superhormonado tenga las mismas inquietudes que unos puretas como nosotros -bueno, David, tú aún estás a mitad de camino.

Viene al caso un libro absolutamente genial y que, no sé por qué, me figuro que le gustará especialmente a Iñaki. Se llama «Como una Novela» y lo escribió el siempre original Daniel Pennac. En doscientas páginas explica cómo despertar el deseo de la lectura en la infancia y adolescencia. Formula los diez derechos del lector, entre ellos el derecho a no leer. Tengo la impresión de que su punto de vista sobre la lectura es extrapolable al asunto más amplio de la información.

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Julen 29/04/2005 - 05:20

¿Y no será que no nuestros planteamientos en la universidad son demasiado directos, demasiado racionales? A un mundo e-mule no puedes enfrentarle un razonamiento cuadriculado causa-efecto.
Puede que se trata de crear el hábito de uso. Alberto lo remite a la lectura, Iñaki a la inquietud general.
Quiero profundizar en un modelo de motivación que no vimos (al menos yo, que quizá estaba con un pacharán y bollería si era martes por la mañana) en la Uni: el de Deci sobre la motivación intrínseca vs. extrínseca. Hurgaré por ahí, gracias al amigo David.

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Iñaki Pérez 29/04/2005 - 09:38

¿Sabéis cómo se despierta el hábito de la lectura?, …
Muy sencillo: Que te vean leer y los beneficios que tu obtienes con ello es suficiente (Lo digo a los Aitas del Blog).

Siento ser tan pesado, pero yo creo que es una cuestión muy profunda, de valores, de transmitir a nuestro alrededor la importancia de la canción o la película en sí misma y no tanto de lo fácil que nos la podemos bajar con eMule o Soulseek.

El problema de las motivaciones está más en las recompensas. Lo que para unos es reforzante, a otros les inhibe la conducta, por tanto a la hora de motivar a un grupo en realidad lo que hacemos es conocer a la persona a motivar y lo que le motiva, lo cual también es un todo dinámico que se mueve, de modo que la información que hoy me interesa, mañana ya no tiene valor y viceversa, por lo que incluso mis esquemas a la hora de enfrentar un grupo de formación deben ser lo más flexible que se pueda.

Muy complicado ésto de la educación, amigos profesionales de la universidad, en todo caso insisto, importan los conceptos, los valores y la riqueza interior, la postura personal tomada desde la consciencia personal y desde la autoreflexión honrada y descarnada. Lo demás, pura temporalidad y cambio.

Y yo creo que hasta en matemáticas, la información debe servir para potenciar eso.

Aunque, …
Tal vez no, porque lo que estaba pensando ya ha cambiado y si releo el comentario lo cambiaría, …
Bueno, no sé, … esto del cambio vertiginoso me va a matar, …

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Alorza 30/04/2005 - 08:34

No sé si es cuestión de iniciar un debate sobre educación. El caso es que no sé qué hacer con tus ideas, Iñaki.

Leo: … es una cuestión muy profunda, de valores … lo que para unos es reforzante, a otros les inhibe la conducta … importan los conceptos, los valores y la riqueza interior … Respuesta: la gallina.

La intención es buena, pero, tronco, cualquiera se atreve si lo pones tan difícil. Yo, en todo caso, insisto en que la chavalería no va a ir por el camino que nosotros les marquemos y que sólo podemos animarles a que se inventen su propia ruta. Eso y ponerles tiritas cuandos se hostien.

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Iñaki Pérez 30/04/2005 - 22:34

Mi querido Alorza.

En principio, decirte a ti y a todos que no es mi intención debatir y menos que ésto sea un partido de tenis.

Al final, sólo pretendo intentar llegar un poco más allá de un análisis somero de la cuestión, objetivo que dada mi vasta falta de conocimientos, seguramente no consiga, pero cabezón… un rato largo…

En todo caso, yo no hablo sólo de educación en sentido académico, sino más bien de la responsabilidad que cada uno de nosotros tiene en el más o menos amplio círculo de influencia en el que nos movemos todos los días, en algunos casos también en el mundo académico puro y duro como le ocurre a David.

La chavalería, como hemos hecho nosotros y nuestros padres y etc, irá por el camino por donde quiera ir, efectivamente y en eso 100% de acuerdo. Lo de las tiritas, … tal vez será mejor que aprendan a ponérselas ellos mismos cuanto antes y tal vez esa sea nuestra labor más importante como adultos.

De todos modos recuerda el aprendizaje vicario, ellos tomarán su camino, pero aunque nosotros no queramos influir, influiremos.

Fijaros si será difícil que llevamos siglos buscando las fórmulas mágicas de la educación y hoy en día aún no está claro si 2 y 2 son 4, así que no nos desanimemos frente a la complejidad, es motivante enfrentada a una mente inquieta como las nuestras.

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